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ESTUCOR® Resane

Friso para pared

Más que una simple decoración, un friso de pared es una línea estética horizontal que se instala en la pared para aportar estilo y profundidad visual a un espacio. Puede estar hecho de diferentes materiales como madera, estuco o baldosas, y se usa en interiores como en exteriores.
Un friso de pared puede cambiar por completo la percepción de un espacio. Al añadir un detalle sutil, pero poderoso, transforma habitaciones convencionales en escenarios llenos de elegancia y carácter. Un comedor puede ganar profundidad con un friso de estuco, mientras que un pasillo estrecho se convierte en un corredor con estilo con un friso de azulejos que crea un efecto de amplitud.
Estos pequeños cambios no solo embellecen, sino que generan una sensación de armonía en cualquier hogar. Para lograr el mejor impacto, la altura del friso es clave. Si se coloca demasiado bajo, la pared puede lucir desproporcionada; si es muy alto, el efecto visual puede perderse. También puedes jugar con materiales como frisos con estuco, que aportan textura y sofisticación.
Si te preguntas cómo hacer un friso de pared, el proceso varía según el material. Para un friso con estuco, se aplica una capa de mortero con llana y se alisa hasta obtener el acabado deseado. Para un friso de madera o azulejos, primero se mide y marca la altura ideal, se instalan listones o baldosas y se fijan con tornillos o Pegacor ®
Experimentar con estas opciones te permitirá encontrar el balance perfecto para que tu hogar luzca como siempre lo imaginaste.

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Preguntas Frecuentes

Un friso de paredes es una línea horizontal decorativa que se encuentra en la pared. Los frisos se utilizan para agregar interés visual y embellecer un espacio. Puede estar hecho de materiales como madera, azulejos o estucos, y se usa tanto en interiores como en exteriores.

Además de su función estética, un friso protege la pared del desgaste, manchas y golpes, especialmente en zonas de alto tránsito. También ayuda a dividir visualmente los espacios y puede mejorar la acústica en ciertas habitaciones.

La altura ideal varía según el efecto visual que se quiera lograr. Un friso bajo (hasta 90 cm) da un toque clásico, mientras que uno más alto (120-150 cm) puede generar una sensación de mayor amplitud y elegancia.